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Redacción Nicho Cultural

Entre el mar y la nieve estará Andrés Mendiola ‘El año que viene’


Repartir sus amaneceres entre el mar y la nieve, aprender a sacar del alma lo que le duele e ir a la raíz de un sueño feliz que nadie más tiene, se cuentan entre los propósitos de que tiene para el año que viene, el cantautor colombiano Carlos Andrés Mendiola, quien ha dejado estas intenciones plasmadas en un sencillo recién presentado en el universo de la música, el cual tituló precisamente así: ‘El año que viene’.


Se trata de una canción pertinente con su tiempo, ya que, además de que plantea el ejercicio reflexivo de proyectar el año siguiente a la luz del que se va, tiene una melodía que se alinea con las tradiciones sonoras de fin de año. La canción inicia con una melodía lenta y romántica que deja todo el protagonismo al mensaje y al cantautor, para después tomar un viaje de fiesta, alegría, baile y Navidad, con una esencia papayera que provoca y contagia los movimientos corporales involuntarios.

El año que viene es mi más feliz ironía”, expresa Mendiola y explica que “es todo lo contrario a lo que parece; empezó siendo una crítica a la postergación, a dejarlo todo para después, a aquella manera de vivir que es sufrir ahora para disfrutar después, ¿cuál después? Nadie sabe nada de después, aunque el más justificado para mí es en la víspera del Año Nuevo, del que viene”.


Y es que la mayor parte de su presente transcurre en La Montana, una finca en las entrañas de la Sierra Nevada, a la que a menudo se le ve salir desde Valledupar, acompañado de Tata y Pedro, sus dos cómplices perrunos que le hacen aún más grato el trayecto y que son tan conocidos como él en todos los pueblos por lo que pasan (Río Seco, Patillal, Las Mina, Chemesquemena) para treparse en las alturas, donde los espera otro combo de compañeros como Facundo, el burro; Ismael, el mulo; La Pola, la yegua, y un muchos otros animales de corral, todos su nombre, como Tere, la cerdita que un día se suicidó, dejando en el cantautor una tristeza reflexiva que más tarde convirtió en canción.


En ese entorno han nacido casi todas sus canciones, lo cual es evidente en cada contenido que produce y que traduce los sentires en la Sierra. ‘Lento deprisa’, ‘Nada perdí’, ‘La lección de la Sierra’, ‘Lunática’, ‘Ella es’, ‘Carmelita’, ‘La Confianza’ (feat. Andrea Echeverri, Ahiman & Cholo Valderrama) ser cuentan entre ellas.


Es en esa sierra, llena de naranjos, cafetales, pájaros y aire fresco, donde amanecerá unos días del 2024, donde seguramente continuará componiendo desde el alma y sin prisas, pero que dejará por momentos, pues ha dicho que el año que viene quiere vivir frente al mar, un deseo acompañado de otros como que la salud acompañe a su familia, “que mi viejo y mi vieja tengan mucho más tiempo”.


Será un año de sueños que se renuevan, proyectos realizados y cosechas por recoger, en el cual vendrán nuevas canciones y saldrá a la luz una producción audiovisual de largo aliento que mostrará nuevas facetas de este cantautor que se declara en transformación permanente.


“Siento todo el tiempo una transformación creativa. No solo la siento, la busco en cada momento; me da mucha felicidad crear cosas que me gusten y busco muchas veces estar feliz”.


Y aunque Mendiola anuncia que “este año ya está, el otro vendrá con mejores días”, ello no significa que los de 2023 hayan sido días malos, al contrario, “este año sentí a Dios en cada tranquilidad, recogí algo de lo que sembré y fui muy feliz. Este año fue increíble para mí”.

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